¡La operación tamal, a todo lo que da!

 

Al más puro estilo priista los aspirantes a dirigir al Partido Acción Nacional en Veracruz, Pepe Mancha y Joaquín Guzmán, alias el “Chapito”, se trenzaron en una elección interna en donde la compra del voto y la “Operación Carrusel” llevaron a ambos a una victoria  indefinida.

Desde temprana hora ayer domingo, los honorables caballeros se proclamaron triunfadores en una guerra mediática que aún esta mañana de lunes no concluye.

Ambos bandos presumen cifras avasalladoras y como el cuento de la bruja ¡nadie sabe, nadie supo!

Para los medios de comunicación afines al Yunismo, la mayoría panista se definió en favor de Mancha Alarcón, para los del norte sin embargo, el indiscutible vencedor es “El Chapito”.

Hay quienes desde luego se lavan las manos hablando de la proclamación de la victoria de ambos –igualito a los de Morena en el Congreso local- y uno, Notiver, sostiene que Mancha se la llevó de “panzazo” al sacar 9 mil 450 votos contra 9 mil 101 de Joaquín.

Esta última es digamos la versión oficial, que daría lugar a un interinato ante la inconformidad mediática.

En realidad este diferendo revela el juego de intereses de quienes el pasado primero de julio perdieron la elección el pasado primero de julio, en donde se busca prime la supremacía yunista.

Y es que 1.5 millones de votos en la reserva del PAN es un capital en posiciones de elección popular –presidencias municipales, diputaciones y una gubernatura- que para los siguientes años podrían definir rutas y futuros.

El futuro mismo de los Yunes, si no son llevados antes con un juez.

Así pues, las blancas palomas que aspiran a dirigir al PAN en Veracruz habrán de morir en la raya en la siguientes horas y días hasta que se pongan de acuerdo en cómo se repartirán el pastel.

En el fondo queda, sin embargo, esa gran verdad que los mata. Al renovarse la dirigencia panista se pone, una vez más, en tela de juicio a sus más preclaros exponentes.

A un perdedor de la gubernatura, Pepe Mancha, con un pendiente por aclarar de 70 millones de pesos y a otro, Joaquín Guzmán, procedente de familia caciquil de horca y cuchillo y cuentas por justificar ante ORFIS por 35 millones de pesos.

Uno de estos dos –todo indica que Mancha- tomará el control de Acción Nacional para trabajar los siguientes años en favor de Miguel Angel Yunes Márquez porque estamos advertidos que “la lucha sigue”.

Previsible, por tanto, que la nueva dirigencia sea el principio de la lucha por el poder rumbo al 2024 llevando como “tapado” justamente al “destapado” Miguel junior.

De nueva cuenta queda fuera la vieja estructura, la que dio vida y sentido político al Partido Acción Nacional hasta convertirlo en segunda fuerza política.

Por lo pronto si queda Mancha se mantendrá en el imaginario colectivo haber utilizado a su propia madre Cristina Sergia Alarcón Pérez, para que cinco empresas recibieran contratos vía adjudicación directa o en concursos preferenciados de parte del Congreso del Estado.

A un Pepe Mancha solapado por el Yunismo en favor de sus empresas Multiservicios El Elemento S.A de C.V., Biodiversidad del Golfo S.A., Itazal Inmobiliaria S.A. de C.V., Innovadora de Medios S.A. de C.V., y Multimedios Periodísticos S.A. de C.V., renovaron bríos en la cosecha de dinero.

Es el honorable Mancha que descalifica haber recibido contratos para su primo hermano Juan Antonio Mancha de parte del ayuntamiento de Tuxpan,

Negocio redondo el que hizo Mancha al ponerse de rodillas ante Yunes Linares ya que sería beneficiario de repetidos  contratos de obra a través de licitaciones en la SIOP en donde resultó ganadora su empresa inmobiliaria Izal S.A., de C.V., por 32 millones de pesos.

Nada mejor es el otro de su misma calaña.

Joaquín Rosendo Guzmán está atrapado en una leyenda de raterías y cacicazgos familiares. Al renunciar semanas atrás para contender por la dirigencia panista, a la secretaría de Desarrollo Agropecuario generó observaciones de ORFIS por más de 35 millones de pesos mismas que debe solventar.

El apodado “Chapito” pertenece a esa vieja guardia que no tiene llenadera.

Ha sido presidente municipal de Tantoyuca en tres ocasiones, en los periodos 2000-2002, 2005-2007 y 2011-2013” y su hermano Amado Guzmán Avilés fue el síndico en 2002 y su otro hermano, Jesús, presidente del 2013 al 2017 y en la actualidad diputado federal del PAN.

Joaquín, quien nunca se ha despegado de la ubre, también ha trabajado como diputado local en la legislatura del estado, en el 2007 a 2010 y de 2013 al 2016.

“Su hermana María del Rosario era diputada local en la LXIV Legislatura del Estado, pero dejó la curul para convertirse en Senadora de la República, luego de que el titular, Fernando Yunes Márquez, hijo del gobernador, dejó el cargo para ser alcalde de la ciudad de Veracruz”.

Sobre este minichapo pesan además escándalos como el sucedido en las pasadas campañas electorales del 2016 cuando difundieron un audio suyo con connotaciones sexuales o como el material en video que personas subieron a redes sociales para señalarlo por desvío de dinero del Congreso Local para pago a sus amigos y familiares.

También hay denuncias interpuestas como la del 2001 (148E/2001) en la que es señalado por peculado e incumplimiento de un deber legal.

Guzmán Avilés posee una mansión del tamaño de toda una manzana y es dueño de la empresa “Transportes Guzmán Avilés”; es además propietario de una compañía constructora.

Ese es pues,  ni más ni menos, el rostro del PAN en Veracruz en pleno siglo XXI.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo