Con los recientes estrenos de cintas como; Tomb Raider o Ready Player One, volví a tener la sospecha de que este medio (los videojuegos) nunca tendrán una representación acertada en el lenguaje cinematográfico.

No, no se trata de una búsqueda inútil en afán de ser pretencioso, pues después de todo, se debe comenzar por reconocer que el 99% de las tramas que se experimentan en los videojuegos son por demás, enredadas, largas y aburridas (un videojuego debe de buscar de donde sea, material narrativo para cubrir más de 20 horas de duración)

Uwe Bol. Uno de los peores directores de cine y responsable de muchos desastres fílmicos como “The House of The Dead” o “Bloodrayne” (si muchas de sus películas se basan en videojuegos) llego a dar un comentario que me pareció bastante acertado en un ya lejano 2006..

Cuando a Bol se le preguntó su opinión respecto a una hipotética cinta basada en la saga de de “Metal Gear Solid” las palabras del director fueron tan elocuentes, que las sigo recordando después de 12 años.

Y es que para decir de de Uwe Bol. La idea que planteaba “Metal Gear Solid” como videojuegos resultaba muy similar a lo que veíamos en ese entonces con la serie de 24, para Uwe una película sobre sobre “Metal Gear Solid” resultaba innecesaria, pues 24 ya hacia eso (ver a un hombre atormentado por su pasado tratar de salvar al mundo y percatándose que solo es una herramienta utilizada por el maldito gobierno) y además lo hacia mucho mejor y lo entregaba cada semana.

Aquí es donde creo que yace el punto clave de este asunto, pues pareciera que mientras los cómics si lograron trascender fuera de su lenguaje (Logan recibió una nominación al Oscar por su guion) tras más de 18 años de intentos, los videojuegos parecen ir de mal en peor.

La cuestión es mucho más simple de lo que parece y también es mucho más honesta. Un videojuego destaca por su magnitud visual (algo que se logra mejor al programar gráficos por computadora) destaca muy poco por su historia pero lo que hace de un videojuego un gran videojuego es su capacidad de interacción.

Algo como Silent Hill o el más reciente Outlast, son dignos de mención por que la interactividad te hace sentir parte del mundo que están narrando, sientes que tu, como usuario, también tienes mucho que perder si fallas, The Last of Us resulto genial pues la interactividad que ofrecía en los momentos claves de la trama nos hacía concertar con la superviviencia y hasta entender los motivos detrás de un personaje tan retorcido como Joel, así los videojuegos son un lenguaje activo.

El cine es pasivo, es sentarte a disfrutar de una historia por un par de horas y pasar el resto de tu vida digiriéndola e integrándola a tu personalidad, además, por su naturaleza audiovisual, el cine añade, suma elementos a otros lenguajes como la literatura o las novelas gráficas.

Pero en el caso de los videojuegos, el cine en realidad le resta, le resta actividad y le resta la esencia vital del videojuego. La interactividad razón por la que al ver las tramas despojadas de esta faceta, nos topamos irremediablemente con historias que aunque con distintos nombres, ya las hemos visto antes, mejor contadas y mejor realizadas.